lunes, 21 de diciembre de 2015

Mary Wagner está en la cárcel otra vez

Ya nos hemos referido a Mary Wagner. Está en la cárcel otra vez.
Visto en Infocatólica.
Que el P. Norman Weslin ruegue por ella. Y especialmente por nosotros.

(Actuall/Pablo González de Castejón) Se trata de su sexta detención desde que en el año 2000 decidiera dedicarse a tiempo completo a intentar salvar vidas evitando abortos. Mary Wagner, una de las activistas provida más conocidas de Canadá y del mundo, se encuentra de nuevo en prisión (donde ya ha pasado cuatro años) junto a Linda Gibbons, otra activista provida, a la espera de juicio.
En esta ocasión el arresto se produjo el pasado 12 de diciembre cuando Wagner acudió a la clínica abortista situada dentro del complejo comercial Bloor West Village, en el centro de Toronto.
Como es habitual, la activista acudió con la intención de persuadir a alguna madre de que no matase a su hijo, pero pronto aparecieron dos agentes de Policía para indicarle que, si no se retiraba, tendrían que arrestarla de nuevo.
Poco tardó Wagner en volver a la clínica a pesar de la amenaza, lo que le ha valido una nueva estancia en prisión y una acusación de daños por valor de casi 5.000 dólares (unos 4.500 euros), según informa Life Site News.
Durante el juicio, Mary Wagner, que rechazó al abogado de oficio y decidió defenderse a sí misma, reconoció que la fecha que escogió para acudir a la clínica no fue casual, pues se trataba del día de la virgen de Guadalupe, para muchos patrona de los no nacidos.

Su defensa del nasciturus

Hay mucha gente que no entiende la reiterada actitud de la activista provida, sobre todo porque cumpliendo una serie de normas, como protestar a más distancia de las clínicas abortistas, podría evitar la cárcel, pero desde hace año Wagner dejó clara su postura con una carta que se publicó en varios medios:
«La gente a menudo me han preguntado si no podía simplemente quedarme fuera de la zona en la se me ha prohibido entrar, y de esa manera, evitar el arresto. Pero cuando me plantea esta cuestión se olvidan algo: los niños que ese día van a ser asesinados no tienen a nadie que vaya a luchar por ellos. ¿Vamos a dejar de acudir a la clínicas y abandonarlos a ellos y a sus madres por obedecer una restricción inmoral impuesta por las autoridades?».
«Si pensamos simplemente en que podemos ser arrestados o no, perdemos de vista a Cristo, escondido en ‘el angustiante disfraz de los pobres’. Unos niños tan pobres que no podemos ni verles ni escucharles».

jueves, 17 de diciembre de 2015

La extraña (im)popularidad de Bergoglio

Algunas cuestiones sobre la verdadera popularidad del Papa

¿Y la gente dónde está?

Ya nos hemos referido a este asunto antes
Y no es que la popularidad del Papa sea un tema importante: bastaría pensar que al pie de la Cruz  solamente había cuatro discípulos incluyendo a la propia Madre de Nuestro Señor. El problema está más bien en que la popularidad es, efectivamente, un tema esencial para este papado tan singular.
Pensamos que la explicación es bastante simple: las encuestas pueden dar bien o muy bien por una cuestión de "inercia" (es buena onda eh?) y, además, es innegable que los que perciben la autodemolición en marcha pueden simpatizar con eso. Pero, vamos, de ahí a ir a ver al Papa hay un largo trecho si no se es católico. Al Papa lo van a ver los católicos. Y parece que no son muchos los católicos con ganas de verlo últimamente.








Ver min. 40:56.


Visto Aquí (Call Me Jorge... blog)

viernes, 11 de diciembre de 2015

Alégrense. Dios está con nosotros.

Del blog OnePeterFive

Camino de Emaús. Robert Zünd, 1877

Alégrense. Dios está con nosotros.

Ser un fiel católico se ha vuelto un asunto difícil en estos días. Los lectores de estas páginas saben de la deliberada confusión, del desprecio por la doctrina y de los descarados intentos para refundar una Iglesia hecha a imagen del hombre que están sucediendo. Incluso en aquellos lugares donde las brasas de la ortodoxia todavía brillan, existe una sensación de algo parecido a la vergüenza a la hora de presentar al mundo la inequívoca belleza y el derecho exclusivo sobre la salvación que se encuentran dentro de la Iglesia Católica.

Incapaces de quitar la vista de la asombrosa e impensable procesión de palabras, acciones, imágenes y gestos que emanan de los más altos poderes de la Iglesia, nos encontramos maltratados y arrojados por las olas de la tormenta, zarcillos helados de duda y ansiedad que amenazan con tirarnos por la borda a las oscuras profundidades de la desesperación. Esta experiencia empeora cuando somos castigados por nuestros propios hermanos católicos - familia, amigos, o incluso a veces, por nuestros pastores – por el mero hecho de ver y saber cosas que no querríamos ni ver ni conocer, pero que por amor a la verdad no podemos evitar ver  u olvidar. Peor todavía la pasan nuestros sacerdotes si también se encuentran conscientes de todo esto: ellos tienen menos consuelos aún. Bajo un torrente perpetuo de maltrato y castigo por parte de su padre espiritual en Roma, con frecuencia encuentran a sus propios obispos a los que han prometido obediencia, abrazando alegremente el nauseabundo nuevo paradigma de Iglesia que se desarrolla cada día a una velocidad impresionante.

Algunos han comenzado a perder su control, dudando de la verdad de la fe católica, o de las razones por las que se convirtieron a la misma. Otros, encontrándose suspirando por algo que al menos se ve actuando como una verdadera religión, miran fascinados las liturgias antiguas y la estructura teológica de nuestros hermanos cismáticos en el Este. Aquellos que optan por permanecer firmes en la fe a menudo se encuentran en desacuerdo con los que en un mundo sano, deberían ser sus aliados, en este caos de luchas internas sobre qué hacer y cómo debería hacerse, católicos contra católicos , sacerdotes contra el sacerdotes, obispos contra obispos. El estrés se acumula y lleva a muchos a caminar dando vueltas, aturdidos, con un nudo constante en el estómago, porque saben que la situación no puede seguir así para siempre, y mientras tanto se preguntan cuándo la creciente tensión se romperá y cuándo Dios por fin dará rienda suelta a Su ira sobre éste pueblo infiel y duro de corazón... para luego darse cuenta de que ellos también pueden encontrarse en el camino de Su justa venganza. Una destrucción que no es bienvenida, pero a la que difícilmente podrían rechazar como injusta, a sabiendas de su propio pecado.

Otros hay que no se plantean abandonar la Iglesia, pero incapaces de tener lo que hay que tener para quedarse, se desconectan. Se adormecen con las distracciones, con los vicios, con las minucias de la vida cotidiana, buscando consuelo donde sólo la destrucción se puede encontrar. En medio de todo esto, volvemos una y otra vez el pasaje de la Primera Carta de San Pedro de la que esta publicación ha tomado su nombre:

“Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo padecen los mismos sufrimientos que ustedes”  (1 Pedro 5: 8-9)

Y reflejándonos, reconocemos que en una vigilia como ésta, la sobriedad - cualquiera sea el medio que nos ayude a escapar del dolor - es la parte más difícil. No es de extrañar que los apóstoles en Getsemaní no pudieron velar ni siquiera una hora con Nuestro Señor. ¿Acaso pensamos que lo haríamos mejor que ellos?


Y sin embargo... y sin embargo …a no descorazonarse, ¡porque Dios está con nosotros!


El resto se puede leer allí.

el demonio...como un león rugiente...
Traducción del Trilobite.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Bestiario en el frontispicio de San Pedro.

El alucinante bestiario manchando el frontispicio de la Basílica de San Pedro, en imágenes que por momentos evocan a Hyeronimus Bosch. Como siempre nos pasa, ya no sabemos qué decir. Salvo, quizás, que en la tercera parte del triptico del flamenco está el infierno, lo cual es toda una diferencia.